Vida
‘Una recuperación milagrosa’: Agradecida a los equipos de Baptist Health que trataron su fallo multiorgánico y su frecuencia cardiaca acelerada
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Johanna Chávez, de 52 años, recuerda vagamente que su esposo, Milton, la llevó a la sala de emergencia de Baptist Health Doctors Hospital sobre las 3 de la madrugada del 30 de marzo. Él había notado su respiración agitada y su ritmo cardíaco errático. Dijo que habían vuelto de un crucero tres días antes y que ella podría haberse resfriado un poco. Hacía años que la habían tratado por arritmia, o latidos irregulares del corazón. Por lo demás, estaba saludable.
Poco después de entrar en la sala de emergencia, su corazón empezó a latir a casi 200 latidos por minuto y su presión arterial de desplomó. Presentaba taquicardia supraventricular (TSV), un trastorno en el que el corazón late de repente mucho más deprisa de lo normal.
Y, mientras se encontraba en la Unidad de Cuidados Intensivos (ICU) ocurrió el primero de los dos avisos de Código Azul, que indican que un paciente está sufriendo un paro cardíaco o respiratorio. También estaba en shock cardiogénico, que se produce cuando el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno al cerebro y otros órganos vitales. En el caso de Johanna eso la llevaría a un "fallo multiorgánico".
"El primer episodio de Código Azul, como me enteré después, duró 16 minutos", cuenta su esposo Milton. "La reanimaron. Me explicaron que estaba gravemente enferma. Mientras el médico explicaba el primer Código Azul, volvió a ocurrir. Me enviaron fuera del ICU. Sabía lo que le estaba pasando".
Johanna fue reanimada después del segundo Código Azul, que fue más extenso y difícil que el primero. En un momento dado, la declararon muerta. Pero unos minutos después volvió a respirar, lo que permitió al equipo del ICU, dirigido por Arian Bethencourt Mirabal, M.D., reanudar la reanimación cardiopulmonar. Entonces fue trasladada a Baptist Health Baptist Hospital, bajo la atención de los especialistas de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute, con la esperanza de que se estabilizara lo suficiente como para que un equipo multidisciplinar tratara el problema primario subyacente.
Permanecería en Baptist Hospital como paciente cardiaca durante aproximadamente un mes, durante el cual se sometió a una compleja ablación cardíaca por catéter, un procedimiento durante el cual se marcan pequeñas zonas del corazón para evitar señales o ritmos eléctricos anormales.
‘Todo el mundo me decía que yo era un milagro’
Los recuerdos de Johanna sobre su emergencia médica, que puso en peligro su vida, son muy borrosos mientras continúa su extraordinaria recuperación desde su casa de Miami. Recuerda que se despertó bien entrada su estancia en Baptist Hospital.
"Cuando me desperté, habían pasado 21 días más o menos", dice Johanna, que está tan agradecida a los equipos médicos de Doctors Hospital y Miami Cardiac & Vascular Institute que quiere compartir su historia. "No recordaba que mi esposo me llevó al hospital y que entré caminando. No me acordaba. Después me dijeron que mi corazón había dejado de funcionar y que todos mis órganos habían dejado de funcionar. Cuando me desperté, me estaban haciendo diálisis”. (La diálisis es un procedimiento para eliminar los productos de desecho y el exceso de líquido de la sangre cuando los riñones dejan de funcionar correctamente).
Johanna añadió: "Todo el mundo me decía que yo era un milagro, que no parecía que fuera a salir del hospital".
"Cuando la recibimos, estaba en fallo multiorgánico y extremadamente enferma", explica Sandra Chaparro, M.D., cardióloga y directora del Programa Avanzado de Insuficiencia Cardíaca de Miami Cardiac & Vascular Institute. "No sólo estaba sufriendo un fallo multiorgánico, sino que tenía hemorragias internas por todas partes. Su hemoglobina (proteína contenida en los glóbulos rojos que lleva oxígeno a los tejidos) y sus plaquetas (que ayudan a prevenir las hemorragias) estaban bajando: todas las cifras eran demasiado bajas. Desarrolló insuficiencia renal. Y su ácido láctico, que es un marcador de lo mal que están las cosas, estaba extremadamente alto".
La causa más común de la acidosis láctica, la producción excesiva de ácido láctico, es una enfermedad severa en la que la presión arterial es baja y llega demasiado poco oxígeno a los tejidos del cuerpo. El consenso: Su estado está relacionado con el corazón porque inicialmente presentaba taquicardia supraventricular, añadió la Dra. Chaparro. Pero no se podía hacer mucho hasta que su estado se estabilizara.
"Obviamente, cuando se trata de una paciente joven, lo mejor es intentarlo todo", explica la Dra. Chaparro. "Y en ese momento, decidimos que teníamos que apoyarla con medicamentos y comenzar con diálisis para tratar de eliminar parte de ese ácido láctico, y comenzar a darle antibióticos".
Johanna recibió antibióticos y corticoides porque su equipo médico sospechaba que el corazón "era el culpable y que había que disminuir la inflamación por si la paciente tenía miocarditis (inflamación del músculo cardiaco)", añadió la Dra. Chaparro. Las pruebas de miocarditis, que puede estar causada por una infección, no fueron concluyentes, dijo.
Tras un par de días muy duros, el ácido láctico de Johanna empezó a bajar y su condición general se estabilizó poco a poco. En ese momento, Mario Pascual, M.D., director médico de Electrofisiología y Tratamiento de Arritmias de Baptist Health Miami Cardiac & Vascular Institute, preparó a su equipo para realizarle a Johanna una ablación por catéter con el fin de evitar futuros episodios de shock cardiogénico y fallo multiorgánico.
La ablación por catéter disminuye o detiene la taquicardia auricular
"En un momento dado, nos sentamos con la familia y dijimos: 'Ha pasado por mucho. Acaba de sufrir un fallo multiorgánico. Pero si sigue teniendo estos episodios de taquicardia auricular, a pesar de todos los medicamentos que hemos probado, corre el riesgo de tener un episodio recurrente de shock cardiogénico y hospitalizaciones recurrentes en el futuro. Creímos que lo mejor era llevarla al laboratorio de electrofisiología y tratar de encontrar el origen de la arritmia y proceder a su ablación". El Dr. Pascual y su equipo diagnosticaron a Johanna con taquicardia auricular, un tipo de taquicardia supraventricular (TSV). En su caso, la taquicardia auricular se originaba en el seno coronario, una vena que drena la sangre del corazón. El Dr. Pascual explica: Toda la sangre arterial que entra en el corazón acaba en el seno coronario, y luego la vierte en la aurícula derecha para volver a los pulmones y llenarse de oxígeno.
"No era una taquicardia auricular fácil de atacar", dijo el Dr. Pascual. "Teníamos que evitar el 'nodo AV', que controla el paso de la señal eléctrica del corazón desde las aurículas a los ventrículos, o arriesgarnos a complicaciones graves. Ablacionamos con mucho cuidado dentro del techo del seno coronario y conseguimos disminuir la taquicardia auricular".
Pero la taquicardia persistía, aunque a un ritmo más lento. El equipo del Dr. Pascual se dirigió entonces al otro lado del corazón. "Hicimos lo que se llama una punción transeptal, lo que significa que creamos una comunicación entre la aurícula derecha y la aurícula izquierda", explica el Dr. Pascual. "Enganchamos nuestros catéteres en la aurícula izquierda y luego los enrollamos sobre sí mismos en dirección a donde está el seno coronario. Usando nuestro sistema de mapeo y eco intracardiaco fuimos capaces de mapear exactamente dónde se encuentra este seno coronario, y asegurarnos de que estamos justo en dirección opuesta de las ablaciones que habíamos realizado previamente".
‘Una recuperación realmente milagrosa’
La estrategia de ablación con catéter en dos partes consiguió detener por completo la taquicardia auricular de Johanna.
"Hicimos la ablación desde la aurícula izquierda - y boom - la taquicardia terminó inmediatamente y nunca pudimos volver a inducirla de nuevo", dijo el Dr. Pascual. "Hace poco vi a Johanna en la consulta y no ha vuelto a tener taquicardia. Se ha sentido fantásticamente bien. Y le hemos suspendido los medicamentos. Ha estado extremadamente bien y ha tenido una recuperación realmente milagrosa."
La Dra. Chaparro enfatiza que lo más importante de la historia de Johanna es buscar atención médica inmediata si se tiene la sensación de que algo no anda bien. En caso de shock cardiogénico, los síntomas pueden incluir confusión, sudoración, respiración rápida o dificultad para respirar y pérdida del conocimiento.
"Obviamente, su esposo se dio cuenta de que algo andaba mal", dice la Dra. Chaparro. "Los primeros minutos son muy importantes porque ella ya estaba en el sistema médico. Cuando se desplomó, ya estaba en el hospital. Si esto ocurre en un crucero o incluso en casa, no hay ninguna posibilidad de que sobreviva. Así que reconocer los síntomas cuando algo anda mal y acudir al médico es extremadamente importante. El momento oportuno es probablemente lo que marcó la diferencia".
Johanna Chávez sigue gozando de buena salud y rebosa gratitud hacia los equipos de atención de salud de Baptist Health que la ayudaron a recuperar su vida.
"Estoy muy agradecida a todos los médicos y profesionales de enfermería de Baptist Health por su excelente atención", dijo Johanna. "Realmente no encuentro las palabras para darles las gracias. Estoy realmente muy agradecida".
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