Cirugía vascular

Esta es la intervención que se realiza para tratar un aneurisma, en la que el cirujano sustituye la parte dañada o enferma de la aorta para evitar que se rompa y cause la muerte.

Estos procedimientos son el tratamiento más habitual para las arteriopatías periféricas. Durante una angioplastia, el cirujano hace una diminuta punción, a través de la cual introduce una sonda larga y flexible (un catéter) equipada con un pequeño globo, hasta llegar al lugar del problema. Allí infla el globo para ensanchar el vaso sanguíneo y luego lo desinfla y lo retira. Al mismo tiempo, el cirujano puede implantar una cánula hueca de malla (una endoprótesis o stent) en el vaso sanguíneo para mantenerlo abierto permanentemente.

El cirujano puede elegir entre varias intervenciones para reparar o sustituir los vasos sanguíneos dañados de las piernas y los pies.

Esta intervención se utiliza para crear un punto de acceso para que su sangre circule por una máquina de diálisis. Durante la intervención, el cirujano creará uno de estos puntos de acceso:

• Fístula: Unión entre una arteria y una vena del brazo.
• Injerto: Utilización de una cánula blanda para unir una arteria y una vena del brazo.
• Catéter: Una sonda blanda colocada en una vena grande, normalmente el cuello.

Si padece insuficiencia renal, podemos proporcionarle los servicios de hemodiálisis que necesita.

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Se trata de técnicas mínimamente invasivas. En una intervención EVAR, el cirujano introduce un catéter a través de una pequeña incisión en la ingle hasta llegar al aneurisma localizado en el abdomen. Valiéndose de instrumentos diminutos, especialmente diseñados, coloca una endoprótesis (stent) dentro del aneurisma para evitar que se rompa. La técnica de TEVAR es similar, pero se realiza en aneurismas aórticos ubicados en el tórax. En ambas intervenciones, con el tiempo el aneurisma puede reducirse y disminuir el riesgo de rotura.

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